Jugando con Arduino

Ayer, aprovechando que estaba por Media Markt, compré un cable USB de esos de impresora (un extremo USB normal y otro cuadradote) por 1,99 €, justo lo que me faltaba para poder jugar con Arduino.

Hoy he estado haciendo las “prácticas” que vienen en la web: desde parpadear un led, hasta leer desde el PC por puerto serie (/dev/ttyUSB0)  una entrada analógica.

Al principio me ha dado algunos problemas en Ubuntu, pues el dispositivo serie-USB sólo aparecía durante un instante al encenderlo, debido al soporte de Braille. Así pues, para que funcione correctamente, tan sólo he tenido que desinstalar éste (sudo apt-get remove brltty).

Ya sólo queda hacer más prácticas, jugar más y comenzar con mis propios desarrollos, como la lectura del detector del gas que tengo en la cocina.

De barbacoa

Esa era la idea el sábado, pero con el día tan malo que hacía (podía o no llover y hacía algo de frío), finalmente se optó por comprar una pizzas. Además, esta vez fuimos 5 personas, lo que no hacía merecer la pena el esfuerzo de encender el fuego.

Con la boda del día anterior, la cosa no fue muy movida, pues tanto Alicia como yo estábamos bastante cansados. Queríamos haber visto la carrera de F1 de Japón, pero al final, nos volvimos antes, con tiempo suficiente para programar la grabación en el MythTV e irnos a dormir.

Boda medieval en el S.XXI

Ayer estuve de boda, pero no era una boda “normal”, de esas en las que todo el mundo va de traje. En esta, era obligatorio ir con atuendos típicos del medievo.

Hubo reyes, doncellas, caballeros y… ¡hasta un bufón!.

Creo que sobran las palabras, por lo que os remito al blog de Alicia, donde ha publicado todas las fotos en este post que muy posiblemente, será recordado por mucho tiempo.

La farola que asoma

En estos paseos que me he dado por Madrid, he podido ver una farola que asoma por una ventana… sí, como lo estáis leyendo, una farola que sale de una ventana:

La Farola que asoma

Si alguien tiene necesidad de saber dónde esta, que no dude en contactar conmigo.

De curso en Madrid

Estos días estoy de curso por la mañana en Madrid. Aprovechando que puedo dejar el coche “cerca”, me doy un paseo… paseo que desde Google Maps parecía de no más de 15 minutos y que luego se convierte en cerca de 40 largos e interminables. Incluso con amago de pérdida.

En mi caminar, he encontrado un par de cosas curiosas, ambas dos en la Plaza de la República Agentina.

La fuente teñida de rojo (¿día 25 de septiembre?, ¿se celebra algo?):

Fuente Roja

Las puertas del infierno:

Puertas al infierno

Por cierto, a la vuelta del curso, por la Castellana, vi a una vieja que era igual que Beavis. El cardado era de casi un palmo de alto. Lástima no tener foto para que lo confirmaseis.

Habemos Arduino

Pues sí, ya tengo mi propio Arduino. He ido a recogerlo a Plaza de Castilla, donde he quedado con el colega que ha hecho el pedido… Mientras esperaba, he visto pasar a Torbe… Menudos días llevo, entre el aeropuerto y esto, ya he visto a: Valdano, Poti, Un psicólogo famoso de la tele (si alguien sabe quién es, que me avise), el presentador del tomate.

Dejando el tema del pedorreo aparte, necesito reciclar mi antigua placa de inserción, que todavía contiene los restos de una práctica de tercero de carrera… destruiré el Osciloscopio Digital que tanto nos costó realizar en pro de los nuevos proyectos con el nuevo cacharrito.

La idea es conseguir que el PC reciba “estímulos” del Mundo Real, como por ejemplo, la temperatura de la casa, el funcionamiento de la caldera, la iluminación exterior, la composición del aire de la cocina… y actuar en consecuencia.

Ya os iré contando los progresos que vaya haciendo, así como el SW desarrollado, que será, como no, Open Source.

Sábado sabadete…, ¡otra vez en BCN! (y III)

Al día siguiente, nos levantamos con previsión del desayuno con buffet libre. Esta vez, en vez de haber huevos fritos eran revueltos, quitando la gracia principal: mojar la yema al desayunar.

El trabajo lo terminamos antes de lo esperado, ocasionando la partida precipitada al hogar. Justo al llegar el vuelo estaba a punto de salir, adelantándose la hora a la que pensábamos llegar a casa (el puente aéreo tiene muchos menos aviones lo sábados).

El vuelo fue más aburrido que el resto, quizás porque ya no me llaman la atención, así pues, finalizado éste, conocido el camino de salida de la T4 y la ausencia de cola para coger los taxis, llegué a casa en un rato, poniendo punto y seguido a esta aventura por Barcelona.

Sábado sabadete…, ¡otra vez en BCN! (II)

Una vez en el hotel, como es de cuatro estrellas y no vamos de traje, el de la recepción se hace el loco, evitando atendernos… Cuando por fin habla con nosotros, nos dice que no tenemos reservas, sin embargo, oh!, al enseñarle los faxes intercambiados todo cambia… ¡qué despiste tan tonto!

Eran las 21:00 y las tripas pedían cena. La carta del hotel aprovechaba sus cuatro estrellas para tratar de cobrarte el doble de un menú en un sitio “normal” en cada plato, lo que hacía rentable coger el “ferrocata” e ir a Barcelona.

Al llegar a la Plaza de Cataluña, estaba hasta arriba. Parece que son las fiestas de allí. Al menos había un par de conciertos, tiraban tracas (sólo oímos los petardeos) y, en general, todo muy festivo.

Cenamos en una copia de los Fres&Co, llamado OVNI, sin embargo, en este puedes llenarte la bebida cuanto quieras.

En breve trataré de buscar las fotos que hicimos.

Sábado sabadete…, ¡otra vez en BCN! (I)

Como ya comenté, tuvimos que volver el sábado a Barcelona. Es lo que tiene hacer tan bien los números, que la gente pide bises.

Como la actuación comenzaba el sábado a las 8 A.M, era imposible salir ese mismo día, así que, volamos el viernes para hacer noche.

En la T4, nos encontramos con el presentador del tomate, a quien no le deben pagar la clase business, por lo que voló un par de filas detrás de nosotros. Es un problema, porque todo el vuelo lo pasé sin poder decir “… toma que toma, que toma toma que toma, que toma tá…”.

Para evitar esperar toda la cola que se organiza al entrar al avión, nos esperamos en los asientos del aeropuerto hasta que vimos que el finger se vaciaba. Al llegar a nuestros asientos, como todo el mundo había llenado los maleteros, no sabíamos dónde dejar las mochilas y los portátiles, así que, pulsé el botón de llamar a la tripulación. Como no venían, pulsé repetidas veces, lo que ocasionó que viniesen corriendo preguntado quién se moría… no se lo tomaron nada bien. Mi mochila acabó detrás de unos asientos.

Al llegar a Barcelona, el taxista nos dio mil vueltas hasta llegar al hotel. No está muy bien indicado y como no te metieses por la vía de servicio con mucha antelación, ya no había forma de entrar. Al final, llegamos a nuestro destino y el taxista, viendo las vueltas que nos dio, nos descontó casi la mitad de la carrera.

Contestación de RENFE a mi reclamación

Hace algún tiempo, puse una reclamación en RENFE.  Como era de esperar, han enviado una carta cuasi-modelo. En ella tratan de justificar lo injustificable, como son las medidas draconianas de los Bono-Tren. Justifican que:

1) El Bono-Tren proporciona beneficio económico a los clientes.

2) Es un título que puede ser usado por varias personas, haciendo su fecha de caducidad adecuada.

3) En la estación está puesto las normas de estos Bono-Timo, que incluso vienen impresas en el propio billete.

En cualquier caso, se disculpan por las molestias que me hayan ocasionado, pero sigo sin estar conforme. Esto es un fascismo en toda regla.