La barbacooooaaa, la barbacoooaaa…

El otro día, compramos una barbacoa de 11 pavos, una bosla de carbón, pastillas iniciadoras y todo el set completo de carnes para BBQ de los stands de carnicería de Carrefour. Para hacerlo más fácil, todo lo necesario era de usar y tirar, así que, para recoger, hasta los cubiertos a basura.

Es la primera barbacoa en la que me encargo del fuego y al final conseguimos una buenas brasas:

La Barbacoa

La Barbacoa

Ahora que ya estamos BBQ-izados, habrá que repetir la experiencia.

"Halta Seguridaz" en Carrefour

Acabo de venir de comprar en Carrefour. Como sólo llevaba tres cosas, pasé por las “auto-cajas”, en las que te sirves tú mismo, pues generalmente están vacías y para pocas cosas es más rápido. El único problema es que no reconozca algún artículo o la báscula que tienen no dé por bueno un producto pensando que has metido otro en la bolsa).

Pues bien, tras terminar de pagar con la tarjeta, salgo haciéndome el loco, a modo de prueba de concepto. En ese momento, me para el responsable de las “auto-cajas”. Me indica que debo firmar el recibo, al igual que todo pago con tarjeta. Lo firmo y procedo a largarme cuando me dice que también debo enseñar el DNI
y la tarjeta con la que he pagado.

Ahí viene lo bueno, le enseño mi DNI (pues no tengo otro) y otra tarjeta de crédito que no usé para pagar. No se dieron ni cuenta y pude salir sin problemas. ¿Qué comprueban al enseñar el DNI y la tarjeta?, ¿en tan poco tiempo les da tiempo a verificar el nombre?, ¿no podrían verificar los cuatro últimos dígitos del recibo y la tarjeta de crédito?.

En Portugal, para evitar esto, el cliente debe teclear el número secreto de la tarjeta (como al sacar en un cajero automático), lo que, si se uniese a la verificación del DNI creo que haría el método más robusto.

Redecorando el hogar

Como leéis, hemos estado redecorando la casa, pues como sólo contiene un armario, estábamos un poco al límite.

Hemos sustituido dos zapateros (uno de plástico a la entrada y otro en la habitación, de madera que usábamos a modo de baldas).

Ahora tenemos un zapatero de verdad, en la entrada, sin los zapatos a la vista ni por ahí tirados y un armario en la habitación.

Además, para el “Cuarto Oscuro” hemos comprado unas baldas, pero esas tocan para el puente que viene.

Lo mejor ha sido el precio tan bueno que nos ha hecho Carrefour, debemos ser muy buenos clientes y han premiado nuestra fidelidad.

Para rematar, nos hemos llevado el carro… parecíamos dos homeless con sus cosas, o mejor aún, un par de yonkis.

Terminado de montar todo (menos las baldas), hemos usado el carro para llevar todos los cartones y lo hemos devuelto a su legítimo dueño.