Como recordaréis, he estado dando varias funciones por estos lugares. Parece que les gusta el espectáculo, así que, nos hacen repetirlo.

Esta vez fuimos un poco temprano:

Al llegar a Barcelona, esta vez no pudo el avión “aparcar” en la TC como otras veces, por lo que nos tocó coger los autobuses:

La función se alargó bastante, así que, salimos de casa de noche para salir del “teatro” también de noche.

En otras ocasiones, como ya comenté, las 4 estrellas del hotel hacían imposible tratar de cenar, así que, con los “ferrocatas” (no gestionados por suerte para ellos por RENFE) íbamos a Barcelona a cenar algo. Esta vez, como al día siguiente comenzábamos a las 5:00 A.M (sí, un poquillo temprano), no era lo más apropiado, decidimos ir a San Cugat, muy cerquita de allí, donde comimos en un Kebab.

Fue curioso, porque toda la gente al salir del kebab se despedía, diciendo “buen provecho”, algo que rara vez podrás ver por Madrid. Incluso por la calle, me dieron las gracias por dejar pasar (cuando claramente yo invadía el paso al salir del kebab).

Una cosa muy curiosa de San Cugat fue esto:

No lo digo por lo de “perruquería” (pues imagino que en catalán se dice así), sino por las columnas… mirad de nuevo:

Inquietante, ¿verdad?.

Se me olvidaba, en el hotel pude completar un par de personajes famosos por ver: Rosi de Palma y Santi Rodríguez (el frutero de siete vidas).

Para terminar, al día siguiente, de madrugada comenzó el show. Todo salió bien, incluso el número en el que quitan la red y hay que hacer el doble mortal, lo que fue muy aplaudido.

Al comenzar tan temprano, el buffet del hotel no había comenzado, así que, pudimos aprovechar, tras el número una pausa, con el pretexto de hacer el “check-out” para jalar como posesos, lo que sirvió para aguantar hasta la cena.

Con esto, creo que las funciones por Barcelona terminarán, al menos durante una larga temporada.